Temblores y otros demonios

HOY el Ecuador se despertó temblando, y no necesariamente por la noticia de que posiblemente Alberto Dahik y Jamil Mahuad puedan volver al Titanic, perdón, a nuestro país; sino porque fuimos escenario de un sismo de alrededor de 7 puntos en la escala de Richter. Linda forma de despertarse, muchos creyeron que sus cónyuges les movían en la cama para que dejen la haraganería y se levanten a trabajar, historias cuentan que otros, libres de vestimenta, corrieron por la casa como llegaron al mundo, al grito de "se va a caer la casa".

POR mi parte me desperté a las siete de la mañana, es decir pocos minutos después del inicio del evento tectónico (me niego a llamarlo temblor o terremoto, para evitar discusiones técnicas interminables), y me desperté agitado, preocupado, pues un sueño me alteró en demasía.

EN mi sueño observaba como Quito estaba cubierto de una espesa capa de ceniza, y continuaba cayendo en grandes cantidades, nadie supo precisarme de que volcán provenía la ceniza, pero se veía un gran caos en la ciudad. La primera visión fue de la plaza de San Francisco llena de gente pintada de color ceniza, gritando y abriéndose campo a empellones entre la multitud; inmediatamente el escenario varía y me encuentro en mi hermoso "pueblo" de Conocoto, igualmente encenizado y en medio de una tormenta eléctrica que amenazaba con despacharme alguno de sus relámpagos en mi cabeza. Me moría del miedo!!!!.

COMO todo un twittero de corazón lo primero que hice fue tomar mi celular y publicar en mi cuenta de Twitter "quiero hacer público mi sueño, hoy vi a Quito cubierto en ceniza", luego me enteré del sismo por los más rápidos y efectivos reporteros de la actualidad, la comunidad twittera. Y leía las noticias de primera mano, impresiones, dudas e inquietudes, las necesarias críticas a los medios de comunicación tradicionales, observé muchas cosas, y todo eso me llevó a darme cuenta que somos una sociedad de demonios.

Y claro se percibía el miedo de un tsunami, de las réplicas al evento principal, había preocupación por familiares que viven cerca del epicentro (oriente ecuatoriano), o en los pisos superiores de edificios altos, o que sufren del corazón; se sentía el temor de que ocurra lo mismo que en Chile o Haití, y los demonios aumentaban y crecían.

ES mi particular opinión, generosos lectores, que nuestra sociedad vive atemorizada. Tenemos miedo de atrasarnos al trabajo, de que vuelva algún político pendejo a terminar de hundir el barco que aun medio flota; nos aterra la idea de salir a la calle y que nos asalten o peor aún no "secuestren"; hacemos dietas interminables por el miedo a engordar, no decimos lo que pensamos por miedo a ser encasillados o proscritos de determinado grupo; evitamos amar sin medida por miedo a que nos rompan el corazón, somos celosos por miedo a que nos engañen. Y hay decenas de ejemplos que se pueden decir.

MAS quiero decir que vivimos pre-ocupados de todo y en realidad nos ocupamos de muy poco, pasamos pensando "que pasaría si" y cuando finalmente ocurre no hacemos nada, o peor aún, siempre esperamos que pase lo peor y muy pocas veces nos preparamos para aquella eventualidad.

VIVAMOS con menos miedos, al fin de cuentas solamente tenemos este espacio entre el nacimiento y la muerte que se llama VIDA, y debemos hacer muchas cosas con ese tiempo, debemos aprender, equivocarnos, gozar, sufrir, ganar, perder, así que no condicionemos todas nuestras actividades al miedo, que siempre limita lo que hacemos (o acaso una relación basada en los celos, no es una relación limitada en amor, en libertad, en confianza), porque si nos dejamos vencer por los demonios seremos presa fácil para vivir en un infierno.

Y para completar el tema: HOY ATENTADO TERRORISTA EN BOGOTÁ, mierda que tenemos suerte.....

Uncle Charly